Madrid, 12 de diciembre de 2025. – La estabilidad del Gobierno de coalición atraviesa su momento más crítico. Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y líder de Sumar, ha roto este viernes su tono habitual de contención para lanzar un mensaje contundente a su socio mayoritario: la legislatura no puede continuar sin una limpieza a fondo. Díaz ha exigido al presidente Pedro Sánchez un cambio “radical” en la composición del Consejo de Ministros.

“De arriba a abajo”

La intervención de la líder de Sumar marca un punto de inflexión. Según fuentes cercanas a la vicepresidencia, Díaz considera que el Ejecutivo se encuentra en una situación de “máxima gravedad”. La acumulación de frentes judiciales y éticos ha llevado a la socia minoritaria a pedir que la reestructuración del equipo de Gobierno sea “de arriba a abajo”, descartando simples retoques cosméticos o cambios de carteras menores.

Para Díaz, el “equipo de Gobierno” actual está agotado y asediado, incapaz de impulsar la agenda social mientras dedica la mayor parte de sus esfuerzos a la defensa política ante los tribunales y la opinión pública.

La doble crisis que asfixia al PSOE

El estallido de Díaz no es casual, sino consecuencia directa de la “situación insoportable” generada por dos frentes simultáneos que golpean al Partido Socialista:

  1. La trama de corrupción: Las nuevas investigaciones judiciales vinculadas a personas del entorno del PSOE han reactivado la presión mediática y política sobre la Moncloa, poniendo en entredicho la ejemplaridad del Ejecutivo.
  2. Crisis por acoso sexual: A esto se suma la tormenta interna provocada por las recientes denuncias por acoso sexual dentro del seno del partido, un tema especialmente sensible para el electorado de Sumar y para la propia bandera feminista del Gobierno de coalición.

Tensión máxima en la coalición

La exigencia de un cambio de rumbo llega en un momento delicado. Hasta ahora, Sumar había intentado mantener un perfil de lealtad institucional, pero la gravedad de las acusaciones y el desgaste acumulado han forzado a Díaz a distanciarse para proteger su propio espacio político.

La vicepresidenta ha trasladado a Sánchez que la única vía para salvar la legislatura y recuperar la confianza de la ciudadanía pasa por soltar lastre de manera inmediata. El mensaje es claro: sin una renovación profunda que aleje cualquier sombra de sospecha o falta de ética, la continuidad del Gobierno en sus términos actuales es inviable.

Queda ahora en el tejado del presidente del Gobierno la decisión de acometer esta crisis de Gobierno o intentar resistir el envite de su socia, con el riesgo de fractura definitiva que ello conlleva.