BRUSELAS, 2 de diciembre de 2025. – Lo que comenzó como una crisis doméstica ha terminado por detonar en el corazón de la Unión Europea. La “guerra” por el control de Radiotelevisión Española (RTVE) ha vivido hoy su capítulo más tenso con la comparecencia de urgencia del Consejo de Informativos ante el Parlamento Europeo, dibujando un panorama desolador: una RTVE polarizada, asediada por las injerencias políticas y con su credibilidad en la UCI.

“No somos una trinchera, somos periodistas”

El mensaje de los representantes de la redacción ha sido un SOS desesperado ante la Comisión de Peticiones. Lejos de usar eufemismos, han descrito una “colonización política” ejecutada tras el cambio legislativo que permitió renovar la cúpula de la corporación sin el consenso de la oposición.

“La independencia no está en riesgo, está rota”, han llegado a sugerir fuentes cercanas a la delegación. El Consejo ha denunciado que la polarización que asfixia a la política española se ha inyectado directamente en la vena de los telediarios, forzando la línea editorial para alinearla con los intereses de Moncloa. Ante Europa, han pedido amparo para evitar que el servicio público se convierta definitivamente en un “órgano de propaganda”.

Cisma político: Bruselas como campo de batalla

La sesión ha derivado rápidamente en un bronco enfrentamiento entre los eurodiputados españoles, exportando la crispación del Congreso de los Diputados a Estrasburgo.

La oposición (PP y Vox) ha cargado duramente, acusando al Gobierno de Pedro Sánchez de “vulnerar el Estado de Derecho” al tomar el control de los medios públicos al estilo de regímenes iliberales. Han exigido a la Comisión Europea que aplique con rigor el nuevo Reglamento de Libertad de Medios (Media Freedom Act) para frenar lo que consideran un asalto institucional.

Por su parte, el PSOE ha contraatacado tachando la maniobra de “deslealtad patriótica”. Los socialistas defienden que la actual RTVE es “plural y diversa” y acusan a la derecha de intentar desprestigiar en Europa las instituciones que no controlan. “No aceptamos lecciones de quienes manipularon la televisión pública durante años”, espetaron desde la bancada socialista.

El “contagio” autonómico: TV3 en el punto de mira

El incendio no se ha limitado a RTVE. La discusión sobre la politización mediática ha salpicado de lleno a TV3, con cruces de acusaciones sobre el modelo de la televisión catalana. El debate ha evidenciado que el problema de la neutralidad en España no es un caso aislado, sino un fallo sistémico que afecta a la estructura misma del modelo audiovisual público.

Europa vigila

La Comisión Europea ha tomado nota de una situación que empieza a resultar incómoda. Aunque Bruselas suele evitar inmiscuirse en la gestión interna, la gravedad de las denuncias —que provienen de los propios trabajadores y no de partidos políticos— obliga a las instituciones comunitarias a mantener una vigilancia estrecha.

La jornada de hoy marca un punto de no retorno: la crisis de reputación de RTVE ya no es un asunto interno de España; es un expediente abierto en los despachos de Bruselas.Eurocámara también ha salpicado a los medios autonómicos. Según reportes de la agencia EFE, la discusión sobre la politización de los medios públicos en España se ha ampliado para incluir el modelo de TV3 (la televisión pública catalana), generándose un cruce de acusaciones sobre qué modelos de gestión garantizan mejor la pluralidad frente a las injerencias partidistas.

La vigilancia de Bruselas

La Comisión Europea, que ha escuchado las alegaciones, ha recordado que el nuevo reglamento europeo de libertad de medios exige garantías estrictas para la independencia de los medios públicos. Aunque Bruselas suele mostrarse cauta ante cuestiones de organización interna de los Estados miembros, la denuncia formal del propio cuerpo de periodistas de la cadena pública añade una presión significativa sobre el Gobierno español.

La jornada concluye sin sanciones inmediatas, pero con una advertencia clara: Europa vigila de cerca la salud democrática de los medios de comunicación en España, y el Consejo de Informativos ha logrado internacionalizar su protesta ante la deriva que denuncian.