Madrid — El escenario político español afronta un nuevo reajuste. Pilar Alegría, hasta ahora ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, además de portavoz del Gobierno, abandonará el Consejo de Ministros en los próximos días. El motivo de su salida es su compromiso total con la política regional: liderará la lista del PSOE en las elecciones autonómicas de Aragón, convocadas de manera anticipada para el 8 de febrero.
La confirmación oficial llegó este lunes de la mano del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Durante la tradicional copa de Navidad con la prensa en el Palacio de la Moncloa, Sánchez ratificó que Alegría dejará sus carteras para “dedicarse en cuerpo y alma” a la campaña aragonesa. Aunque no se ha concretado la fecha exacta de su cese, todo apunta a que será inminente para cumplir con los plazos de la precampaña.
La decisión de Alegría responde al adelanto electoral anunciado recientemente por el actual presidente de Aragón, Jorge Azcón. Ante este escenario, la dirigente socialista ha sido clara sobre sus prioridades: “Cuando Aragón llama, no pierdo ni un minuto”, declaró, subrayando su intención de construir una alternativa sólida para recuperar el gobierno autonómico.
El relevo: una mujer será la nueva portavoz
La salida de una de las figuras con mayor perfil público del Ejecutivo obliga a Sánchez a realizar cambios, aunque el presidente ha descartado una crisis de gobierno amplia. En su conversación con los periodistas, Sánchez adelantó que la portavocía del Gobierno recaerá nuevamente en una mujer, manteniendo la paridad y el peso femenino en la primera línea de comunicación del Ejecutivo, aunque evitó desvelar el nombre de la sustituta.

Sánchez aseguró sentirse satisfecho con la “energía” y el funcionamiento de su actual gabinete, cerrando la puerta a una remodelación profunda solicitada por otros sectores políticos. La prioridad del presidente es ajustar las piezas justas para cubrir la vacante de Alegría sin alterar el rumbo de la legislatura nacional.
Un reto personal y político
Para Pilar Alegría, este paso supone el cierre de una etapa intensa en la política nacional, donde se consolidó como una de las voces principales del Gobierno de coalición. Ahora, su reto es mayúsculo: movilizar al electorado socialista en Aragón en un tiempo récord y confeccionar unas listas que, según sus propias palabras, incluirán cambios para ofrecer el proyecto que “Aragón merece”.
La campaña para el 8 de febrero se prevé polarizada y clave para el mapa territorial del poder en España, con Alegría ya volcada en su papel de candidata y “alternativa” real al actual gobierno regional.