La legislatura se asoma al abismo. Lo que comenzó como una investigación judicial se ha transformado en una batalla campal entre las antiguas cúpulas del poder socialista. José Luis Ábalos, quien fuera la mano derecha de Pedro Sánchez y pieza clave en la estructura del partido, ha lanzado un órdago definitivo al Presidente del Gobierno ante la posibilidad real de ingresar hoy mismo en prisión provisional.
“No caeré solo”: La advertencia del entorno de Ábalos
La tensión se ha disparado tras conocerse los mensajes que emanan del círculo más íntimo del exministro de Transportes. Según recogen diversas fuentes, la postura de Ábalos es clara: si la maquinaria judicial se cierra sobre él, no asumirá la caída en solitario. Este aviso, interpretado como una amenaza directa de “tirar de la manta”, sugiere que el exsecretario de Organización dispone de información sensible que podría comprometer directamente a Pedro Sánchez y al núcleo duro de Moncloa.
La estrategia de defensa de Ábalos parece haber virado hacia la ofensiva total, coincidiendo con los movimientos de su antiguo asesor, Koldo García. La posibilidad de que ambos opten por colaborar con la Justicia para atenuar sus penas ha encendido todas las alarmas en el Partido Socialista.
Histeria en Moncloa y dudas sobre la salud mental
La reacción en el Ejecutivo no se ha hecho esperar y se describe, según las crónicas, como un estado de “histeria”. Ante la incapacidad de controlar los tiempos judiciales y la imprevisibilidad de Ábalos, la estrategia de defensa política del Gobierno ha pasado al ataque personal.

Desde el entorno de Moncloa y Ferraz se han comenzado a filtrar dudas sobre la estabilidad emocional y la salud mental del exministro, intentando desacreditar de antemano cualquier revelación que pudiera hacer. Esta maniobra busca aislar a Ábalos y presentar sus posibles testimonios como fruto del resentimiento o la inestabilidad, en un intento desesperado por levantar un cortafuegos alrededor del Presidente.
La “tormenta perfecta” judicial y política
La situación se describe en los editoriales como una “tormenta perfecta” que convierte la agonía de la legislatura en un escenario esperpéntico. La posible entrada en prisión de Ábalos marcaría un punto de no retorno.
Los frentes abiertos son múltiples:
- El frente judicial: La inminencia de medidas cautelares severas contra Ábalos.
- El frente político: La ruptura total de la disciplina de voto y la lealtad dentro del PSOE.
- El factor Koldo: La incógnita sobre qué pruebas documentales podría aportar el exasesor si decide pactar con la Fiscalía.

Un final de escenario imprevisible
A medida que avanzan las horas, la sensación de fin de ciclo se agudiza. La oposición observa cómo la guerra interna del socialismo amenaza con colapsar el Gobierno, mientras que dentro del PSOE se teme que la “bomba Ábalos” tenga una onda expansiva capaz de derribar la legislatura completa. La duda ya no es solo si el exministro irá a prisión, sino a quién intentará arrastrar con él en su caída.