Valladolid. — El Partido Socialista de Castilla y León (PSCyL) ha desatado una nueva tormenta política interna y externa al confirmarse su intención de mantener y promover en sus listas electorales a Mario Rivas, actual alcalde de Villablino (León). Rivas se encuentra actualmente en calidad de investigado (anteriormente imputado) en una causa judicial abierta por un presunto delito de tráfico de influencias, una situación que choca frontalmente con el discurso de “tolerancia cero” contra la corrupción que promulga la dirección nacional del partido.
Un fichaje bajo sospecha judicial
La controversia surge tras conocerse que la cúpula autonómica, liderada por Luis Tudanca, no solo no ha apartado al regidor leonés de sus responsabilidades orgánicas, sino que planea integrarlo en la candidatura para las Cortes de Castilla y León. Rivas, quien ya fue citado a declarar por el juzgado el pasado mes de febrero, mantiene también su puesto en la Comisión Ejecutiva Autonómica como Secretario de Transición Justa, un cargo que ocupa desde que estalló el escándalo y que la dirección se ha negado a revocar.
Fuentes cercanas al caso señalan que el partido tenía conocimiento de la situación procesal del alcalde desde marzo, momento en el que se notificó que mantenía su condición de investigado. A pesar de ello, la maquinaria electoral socialista ha decidido cerrar filas en torno a su figura, priorizando el control territorial en la cuenca minera leonesa sobre la ejemplaridad pública.

Contradicción con los estatutos y el discurso nacional
Este movimiento ha generado malestar en diversos sectores, ya que incumple el espíritu del código ético del PSOE, que suele exigir la dimisión o suspensión de militancia ante la apertura de juicio oral, aunque políticamente se suele elevar el listón a la fase de imputación en casos de corrupción para dar ejemplo.
La decisión de llevar a Rivas en la lista electoral se produce en un contexto delicado para los socialistas, quienes han criticado duramente casos de presunta corrupción en el Partido Popular. La oposición no ha tardado en señalar la incoherencia de Tudanca, acusándole de aplicar una “doble vara de medir”: implacable con los rivales políticos pero permisivo con los “suyos”. Mientras el partido a nivel nacional intenta levantar un muro de contención contra el descrédito institucional, la inclusión de un cargo público investigado por utilizar su influencia indebidamente debilita el mensaje de regeneración democrática en la comunidad.
De momento, Mario Rivas continúa con el bastón de mando en Villablino y con un asiento reservado en la futura bancada socialista, a la espera de cómo evolucione su horizonte judicial y de si la presión mediática forzará un cambio de rumbo en Ferraz.
Fuentes: okdiario.com