La empresa pública Paradores ha reconocido oficialmente que en sus sistemas informáticos ya no figura información alguna que permita esclarecer lo sucedido durante la estancia del exministro de Transportes, José Luis Ábalos, en el Parador de Teruel. La compañía se ha escudado en la normativa vigente de protección de datos para justificar la ausencia de registros sobre la noche del 15 al 16 de septiembre de 2020, fecha en la que diversas informaciones apuntaron a la celebración de una fiesta privada en plena pandemia.

Según la respuesta facilitada a través del Portal de Transparencia, y a la que ha tenido acceso este medio, Paradores argumenta que, al haber transcurrido más de tres años desde los hechos, se ha procedido al borrado de la información de los huéspedes. “La normativa vigente determina la obligación de conservación de los datos por un periodo limitado”, reza el comunicado de la entidad, que concluye que actualmente “no dispone de la concreta documentación solicitada para ninguna de las habitaciones” ocupadas por la delegación del Ministerio en aquellas fechas.

El “borrado” digital de una noche bajo sospecha

Esta respuesta administrativa supone un carpetazo técnico a la posibilidad de auditar internamente, a través de los registros digitales de la cadena hotelera, los movimientos de aquella noche. La estancia de Ábalos en Teruel ha sido objeto de escrutinio político y judicial, especialmente tras los informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que vincularon viajes del exministro y su asesor, Koldo García, con pagos en efectivo y “encuentros de carácter personal”.

La polémica se centra en las acusaciones sobre una presunta celebración en la suite del exministro, a la que, según testigos citados en diversas investigaciones periodísticas, habrían acudido personas ajenas a la delegación oficial. En su momento, el Partido Popular exigió explicaciones sobre si se produjeron desperfectos en la habitación o si se vulneraron las estrictas restricciones sanitarias que imperaban en septiembre de 2020 debido a la COVID-19.

Contradicciones y desmentidos

Hasta la fecha, la postura de Paradores había sido la negación tajante. Tanto el director del Parador de Teruel, Joaquín Gutiérrez, como el expresidente de la entidad, Óscar López, han negado en repetidas ocasiones —incluso en sede parlamentaria— tener constancia de ninguna “fiesta”, “ruidos” o “desperfectos”.

Gutiérrez aseguró en la comisión de investigación del Senado que la estancia fue “normal” y que Ábalos cenó en su habitación porque estaba cansado. Sin embargo, la desaparición de los registros informáticos impide ahora contrastar esos testimonios con datos forenses sobre el consumo de servicios extra, horarios de entrada y salida o la identidad de todos los ocupantes registrados en las ocho habitaciones que reservó la comitiva.

La oposición ha criticado duramente esta falta de “huella digital”, calificándola de conveniente para el Gobierno. Desde las filas populares se denuncia que la “amnesia informática” de Paradores llega justo cuando las investigaciones del ‘caso Koldo’ estrechan el cerco sobre los gastos privados del exministro sufragados con dinero público o de la trama.

Con los ordenadores de Paradores “vacíos” de pruebas por el paso del tiempo, la reconstrucción de aquella noche en Teruel queda ahora exclusivamente en manos de los testimonios personales y de las pesquisas que la Guardia Civil pueda realizar al margen de los archivos hoteleros.