La resaca electoral en Extremadura ha desatado una crisis interna de grandes dimensiones en el seno del Partido Socialista. Apenas unas horas después de confirmarse el hundimiento del partido en las urnas, donde la formación ha perdido diez escaños registrando su suelo electoral histórico, las voces críticas han pasado de los murmullos a la exigencia pública de responsabilidades. Miguel Ángel Morales, presidente de la Diputación de Cáceres y figura clave del partido en la provincia, ha pedido este lunes la dimisión urgente del secretario general y candidato, Miguel Ángel Gallardo.

En una entrevista concedida esta mañana a RNE, Morales no ha usado paños calientes para calificar la situación. “Hay que hacer un cambio radical y absoluto”, sentenció, subrayando la necesidad de que Gallardo dé un paso al lado para permitir que una comisión gestora tome las riendas y comience la ardua tarea de “reconstruir” la organización desde sus cimientos.

Extremadura 2025
Comparativa de Escaños (2025 vs 2023) • Escrutado: 99,29%
65
ESCAÑOS
Mayoría: 33

La crónica de una ruptura anunciada

El enfrentamiento entre las sensibilidades de Cáceres y Badajoz no es nuevo, pero los resultados del domingo han actuado como catalizador. Morales recordó que su postura no es oportunista, sino coherente con las advertencias que lanzó antes de los comicios. Según ha trascendido, el dirigente cacereño ya había solicitado previamente que Gallardo no encabezara la lista electoral, citando su situación procesal en el caso relacionado con el hermano del presidente del Gobierno y las polémicas sobre contrataciones en la Diputación de Badajoz.

La tensión alcanzó su punto álgido en una reunión interna celebrada antes de la campaña en la sede de Mérida. En presencia del ex presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y de la plana mayor del partido, Morales instó a Gallardo a retirarse e incluso sugirió una salida hacia el Senado, criticando abiertamente lo que consideró una injerencia de la dirección nacional de Ferraz al imponer su candidatura.

Un partido dividido territorialmente

La debacle electoral ha reabierto las costuras de un partido fracturado territorialmente. Mientras que Gallardo consolidó su liderazgo gracias al apoyo masivo de la militancia de Badajoz —provincia donde ejercía una notable influencia como presidente de la Diputación—, la provincia de Cáceres nunca respaldó su proyecto mayoritariamente. De hecho, Gallardo perdió en territorio cacereño en los dos procesos de primarias a los que se enfrentó.

Ahora, con los datos en la mano y diez diputados menos en la Asamblea, la exigencia de Morales resuena con fuerza: dimisión, gestora y refundación para intentar salvar las siglas de una crisis sin precedentes en su feudo histórico.