21 de diciembre de 2025. Extremadura vive hoy un domingo decisivo e inédito. Por primera vez desde la aprobación de su Estatuto de Autonomía en 1983, los extremeños acuden a las urnas en una convocatoria electoral anticipada. La jornada, clave para el futuro político de la región tras el bloqueo presupuestario que precipitó el adelanto, está transcurriendo con absoluta normalidad, aunque con un dato que ha encendido las primeras alarmas en los cuarteles generales de los partidos: una bajada significativa de la participación.

Según los datos ofrecidos por la Junta de Extremadura, la participación a las 14:00 horas se ha situado en el 35,76%, lo que supone un descenso de casi seis puntos (5,89 concretamente) en comparación con las elecciones autonómicas de mayo de 2023, cuando a esa misma hora había votado el 41,65% del censo.
Este descenso se ha notado en las dos provincias, aunque con ligeros matices. En Badajoz, la afluencia ha sido del 35,51% (frente al 41,94% de 2023), mientras que en Cáceres se ha registrado un 36,16% (en 2023 fue del 41,18%). Los analistas observan con lupa estos datos, intentando descifrar a quién podría perjudicar una menor movilización en unos comicios que se celebran, excepcionalmente, a las puertas de la Navidad.
Los líderes llaman a la movilización
La normalidad ha sido la tónica dominante en la constitución de las mesas. A las 9:35 de la mañana, el 100% de las 1.400 mesas electorales distribuidas por la región estaban operativas. La última en constituirse ha sido una mesa en Fregenal de la Sierra (Badajoz), sin que ello haya supuesto retrasos significativos.
Los principales candidatos a la Presidencia de la Junta han ejercido su derecho al voto durante la mañana, coincidiendo en sus llamamientos a la participación masiva para legitimar el resultado de estas elecciones históricas.

La actual presidenta y candidata del Partido Popular (PP), María Guardiola, ha votado con el objetivo de revalidar su mandato y alcanzar una mayoría suficiente que le permita gobernar sin las ataduras que, según ella, han marcado la legislatura fallida. Por su parte, el candidato del PSOE, Miguel Ángel Gallardo, ha animado a los votantes a acudir a los colegios para “decidir el futuro” de la comunidad y revertir las políticas de la derecha.
También han depositado ya su papeleta los candidatos de Vox, Óscar Fernández Calle, y de Unidas por Extremadura, Irene de Miguel, quienes confían en ser decisivos en la conformación del próximo parlamento regional.
Unas elecciones nacidas del bloqueo
Estos comicios llegan tras una legislatura corta y convulsa. La decisión de María Guardiola de disolver la Asamblea y convocar a los 890.985 electores extremeños se produjo tras la imposibilidad de aprobar los Presupuestos Generales de la Comunidad para 2026, fruto de la ruptura y falta de entendimiento entre el PP y Vox, su antiguo socio de investidura.
Durante la campaña, la tensión ha sido palpable, con cruces de acusaciones y polémicas puntuales, como el robo de votos por correo en una oficina postal, un incidente que, según las autoridades, fue subsanado rápidamente al anularse las papeletas sustraídas y emitirse duplicados para los afectados.
Los colegios electorales cerrarán sus puertas a las 20:00 horas. Será entonces cuando comience el escrutinio que desvelará si Extremadura otorga una mayoría absoluta, o si, por el contrario, los pactos volverán a ser los protagonistas inevitables de la política regional.