El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha intentado este viernes poner paños fríos a la crisis interna que atraviesa la coalición. En la rueda de prensa posterior al Consejo Europeo celebrado en Bruselas, Sánchez ha revelado que mantuvo una reunión privada con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, a principios de esta semana. Además, ha sido tajante al afirmar que no considera una “deslealtad” que la líder de Sumar le haya exigido públicamente una remodelación profunda del Ejecutivo.

La tensión entre los socios de Gobierno había escalado en los últimos días tras la petición expresa de Díaz de reformular el Gabinete. La vicepresidenta considera necesaria una respuesta contundente ante la acumulación de denuncias por acoso sexual y las tramas de corrupción que han golpeado al entorno socialista en las últimas semanas. Sin embargo, Sánchez ha rechazado acometer esa crisis de Gobierno, argumentando que los escándalos no afectan a ningún miembro actual del Consejo de Ministros y defendiendo la “contundencia” con la que el PSOE ya está actuando.

Un “no” rotundo a la deslealtad

Preguntado por los periodistas sobre si le había molestado que Díaz aireara sus exigencias de cambios en los medios, Sánchez ha respondido con un monosílabo: “No”. El presidente ha normalizado las discrepancias, calificándolas de lógicas entre dos formaciones políticas distintas, y ha subrayado que lo que une a PSOE y Sumar es mucho más fuerte que lo que les separa.

“He tenido ocasión de hablar con la vicepresidenta segunda”, admitió Sánchez, desvelando así un encuentro que no figuraba en la agenda oficial y que fuentes de Moncloa sitúan “a principios de semana”, sin aclarar si fue antes o después del Consejo de Ministros del martes.

Cumbre de urgencia para reconducir la coalición

Las declaraciones de Sánchez desde la capital comunitaria sirven de preámbulo a la reunión de alto nivel que mantienen hoy mismo las delegaciones de PSOE y Sumar. El objetivo del encuentro es abordar la delicada situación generada por los casos de corrupción y las denuncias de acoso, que han dado munición a la oposición y han tensado las costuras del pacto de investidura.

Desde Sumar insisten en que la situación es “insostenible” sin un golpe de timón que recupere la iniciativa política y social. Por su parte, Sánchez ha aprovechado su intervención para negar que la supuesta inacción del Gobierno esté alimentando a Vox, culpando del auge de la ultraderecha al “blanqueamiento” por parte del Partido Popular y la derecha mediática.

Con la legislatura afrontando uno de sus momentos más complejos de este 2025, el mensaje del presidente busca cerrar filas y evitar una ruptura, aunque manteniendo su negativa a entregar las cabezas ministeriales que le reclaman sus socios.