Zafra (Badajoz) – En la penúltima jornada de la campaña electoral en Extremadura, el líder nacional de Vox, Santiago Abascal, protagonizó este jueves un tenso mitin en la localidad pacense de Zafra. En un ambiente marcado por las interrupciones y un fuerte dispositivo de seguridad, Abascal centró su discurso en una dura crítica hacia su socio de gobierno en la región, el Partido Popular, y especialmente contra la presidenta de la Junta, María Guardiola.
El acto, celebrado en la Plaza Grande de Zafra ante varios cientos de simpatizantes —sin llegar al lleno—, se convirtió en una plataforma para que el líder de Vox evidenciara la fractura existente con el PP extremeño. Abascal respondió directamente a las recientes declaraciones de Guardiola, quien había tildado su presencia en la región de “turismo electoral”. “No soy un turista. Siento que esta es mi casa y no me tiene que invitar la señora Guardiola”, replicó Abascal, acusando a la dirigente popular de estar impulsando “una especie de nacionalismo extravagante”.
El campo y la “traición” del cambio
La elección de Zafra, municipio conocido por su histórica y relevante feria ganadera internacional, no fue casual. Abascal aprovechó el escenario para hacer una defensa férrea del sector primario frente a la “agenda verde europea”, un tema sensible para los agricultores y ganaderos de la zona.
Sin embargo, el eje central de su intervención fue político. Abascal advirtió a sus votantes de que el pacto de gobierno suscrito con el PP tras las pasadas elecciones no ha dado los frutos esperados. “Conseguimos echar a los socialistas, pero no hemos podido cambiar sus políticas porque Guardiola no quiere”, sentenció, acusando a la presidenta de no haber garantizado el “cambio” prometido. El líder de Vox llegó a comparar las políticas de Guardiola en materia de feminismo con las de Irene Montero y criticó su ausencia en el reciente debate electoral de RTVE.
El dirigente extendió esta advertencia al ámbito nacional, asegurando que si el PP logra una mayoría absoluta en el futuro, “no cambiará las políticas socialistas”, trazando un paralelismo con el gobierno de Mariano Rajoy, al que acusó de haber “traicionado” el cambio en su momento.
Mitin accidentado y a la defensiva
El desarrollo del evento estuvo marcado por los incidentes técnicos y las protestas. Hasta en tres ocasiones el discurso de Abascal se vio interrumpido por apagones de luz y fallos en el micrófono, lo que obligó al líder político a echar mano de un megáfono para continuar dirigiéndose a los asistentes mientras estos le animaban.
Simultáneamente, un grupo de jóvenes detractores de Vox se manifestó con pitos y gritos en otro punto de la plaza. Ante esta situación, Abascal solicitó la intervención de las fuerzas de seguridad pública, quejándose de la diferencia de trato respecto a otros líderes políticos: “Esto a Marlaska no le pasa. A él le hacen un cordón para que no se acerque nadie”.
El discurso de Abascal también tuvo un tono defensivo. El líder dedicó parte de su tiempo a intentar aclarar la posición de su partido frente a las recientes polémicas, denunciando una “manipulación” por parte de los “satélites mediáticos de Ferraz y Génova”. Abascal se desvinculó de las acusaciones de supuesta corrupción relacionadas con la organización juvenil ‘Revuelta’ y las irregularidades en la financiación, afirmando tajantemente que Vox es “el único partido limpio”.
Finalmente, el líder de Vox pidió el apoyo para su formación el próximo domingo, pasando por alto la polémica sobre el robo de 124 votos por correo en la región, un suceso que la Guardia Civil ya ha catalogado como delincuencia común, garantizando el derecho a voto de los afectados.