SANTIAGO DE CHILE — En una jornada electoral que ha redibujado el mapa político de la nación, José Antonio Kast se ha convertido este domingo en el presidente electo de Chile tras lograr una victoria aplastante en la segunda vuelta. Con un discurso centrado en el orden, la seguridad y la recuperación económica, el abanderado de la derecha ha capitalizado el descontento ciudadano, superando ampliamente a su rival de la izquierda.

Un mandato contundente en las urnas

Con más del 98% de las mesas escrutadas, los datos del Servicio Electoral (Servel) son inapelables. Kast ha obtenido una cifra histórica, superando el 58% de los votos, frente al 41% alcanzado por Jeannette Jara, la carta del oficialismo y del Partido Comunista. Esta diferencia de casi 17 puntos porcentuales no solo le otorga una legitimidad incuestionable, sino que representa la mayor ventaja en un balotaje desde el retorno a la democracia, potenciada además por el sistema de voto obligatorio.

El triunfo del líder republicano se ha cimentado en una alta participación ciudadana, que ha volcado su apoyo hacia la propuesta de “mano dura” contra la delincuencia y la inmigración irregular, ejes centrales de su campaña.

Reacciones y el reconocimiento de la derrota

El ambiente en el comando de la izquierda fue de resignación temprana. Poco después de conocerse los primeros cómputos irreversibles, la candidata Jeannette Jara reconoció hidalgamente su derrota. En una llamada telefónica televisada, habitual en la tradición republicana chilena, felicitó a Kast y le deseó éxito en su gestión, señalando que “la democracia ha hablado fuerte y claro”.

Por su parte, el actual presidente Gabriel Boric también se comunicó con su sucesor para coordinar el traspaso de mando, asegurando una transición ordenada de cara al próximo 11 de marzo, fecha en la que Kast asumirá oficialmente la banda presidencial.

El péndulo político

Este resultado confirma el “efecto péndulo” en la política chilena. Tras cuatro años de administración del Frente Amplio, el electorado ha optado por un giro radical hacia el conservadurismo. Analistas sugieren que la victoria de Kast es una respuesta directa a la crisis de seguridad y al estancamiento económico, temas que dominaron la agenda pública durante el último periodo.

José Antonio Kast, quien ya había intentado llegar a La Moneda en 2021, logra esta vez su objetivo bajo la promesa de restaurar la autoridad y reducir el tamaño del Estado, consolidando así el retorno de la derecha al poder ejecutivo.