Madrid, 14 de diciembre de 2025. – En un clima político de alta tensión, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha salido al paso este domingo para zanjar cualquier especulación sobre un posible adelanto electoral. Durante su intervención en un acto de partido, el líder socialista ha sido tajante: no habrá urnas hasta 2027. Sánchez ha tratado de blindar su mandato frente a la tormenta de escándalos que han sacudido a su formación en las últimas semanas, argumentando que, pese a los fallos, su Ejecutivo sigue siendo la mejor opción para la mayoría social.

“A los españoles les renta este Gobierno”

Lejos de amilanarse ante las críticas, Sánchez ha utilizado una expresión coloquial para defender su gestión. “A los españoles les renta este Gobierno”, ha asegurado, enumerando una batería de medidas sociales como contrapeso a la crisis reputacional. El presidente ha destacado la revalorización de las pensiones, el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y la política de becas como los verdaderos pilares de su legislatura, intentando desplazar el foco del debate desde los tribunales hacia el “Boletín Oficial del Estado”.

El jefe del Ejecutivo ha reconocido, no obstante, la existencia de “errores” al gestionar los recientes casos de corrupción y las denuncias por presuntos abusos sexuales que han salpicado a figuras del entorno socialista. Sin embargo, ha marcado distancias con la oposición, asegurando que su partido actúa con contundencia y “sin connivencia”, a diferencia, según sus palabras, de lo que ocurre en la derecha.

Mensaje a Feijóo y a los obispos

El discurso de Sánchez ha tenido dos destinatarios claros fuera de las filas socialistas. En primer lugar, Alberto Núñez Feijóo. El presidente ha ironizado sobre la insistencia del líder del Partido Popular en reclamar elecciones anticipadas “cada año”, atribuyendo esta estrategia no a una necesidad real del país, sino a los problemas internos de liderazgo en la calle Génova.

Pero la carga más dura ha sido contra la Conferencia Episcopal. Tras las recientes declaraciones de varios prelados sugiriendo la necesidad de un cambio de rumbo político, Sánchez ha sido contundente: “El tiempo en que los obispos influían en la política terminó cuando empezó la democracia”. Con esta frase, el presidente ha querido marcar una línea roja ante lo que considera injerencias de la Iglesia en la vida parlamentaria, reafirmando el carácter laico de las instituciones.

Resistencia hasta 2027

Con esta intervención, Sánchez busca enviar un mensaje de estabilidad tanto a sus socios de investidura como a los mercados y a la ciudadanía. La hoja de ruta sigue intacta: agotar la legislatura. La estrategia de Moncloa pasa por resistir el desgaste mediático y judicial confiando en que la mejora de los indicadores económicos y la agenda social sirvan de escudo hasta la próxima cita con las urnas, prevista para dentro de dos años.