Madrid, 7 de diciembre de 2025. – El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido cortar por lo sano en la crisis que sacude al Ejecutivo y al PSOE desde hace semanas. En un movimiento destinado a frenar el desgaste político provocado por el ‘caso Salazar’, Sánchez ha ordenado el cese de Antonio Hernández, hasta ahora director del departamento de Coordinación Política en el Gabinete de la Presidencia y considerado la “mano derecha” del exasesor Paco Salazar.
La destitución, que se hará efectiva en el Consejo de Ministros del próximo martes 9 de diciembre, se produce apenas 24 horas después de que el propio presidente admitiera públicamente “errores” en la gestión de las denuncias y pidiera disculpas por la lentitud en la respuesta del partido. Fuentes de Moncloa aseguran que, aunque Hernández niega las acusaciones vertidas contra él, ha aceptado dar un paso al lado para no perjudicar la imagen del Gobierno ni entorpecer la acción del Ejecutivo.
Señalado como “cómplice” y “encubridor”
La situación de Hernández se había vuelto insostenible tras conocerse los detalles de las denuncias internas presentadas por varias trabajadoras. Según las informaciones reveladas, las víctimas no solo acusaban a Paco Salazar de comportamientos machistas y acoso sexual, sino que señalaban directamente a Hernández como una figura clave en el encubrimiento de dichas conductas.
Las denunciantes relatan que Hernández habría ejercido presuntamente una labor de “luz de gas” (gaslighting), manipulando psicológicamente a las víctimas para que dudaran de su propia percepción de los abusos y disuadiéndolas de elevar sus quejas. Aunque no se le atribuyen los actos de acoso directo, su rol habría facilitado un “ambiente institucional” que permitió la impunidad de Salazar durante meses.
Doble cese: Moncloa y el PSOE andaluz
La respuesta política ha sido coordinada y contundente. Casi al mismo tiempo que se conocía su salida de Moncloa, la vicepresidenta primera y líder del PSOE de Andalucía, María Jesús Montero, confirmaba que Hernández también será apartado de sus responsabilidades orgánicas en el partido. Hasta hoy, ocupaba la Secretaría de Datos, Análisis y Prospectiva en la Ejecutiva regional andaluza.
Desde el Gobierno insisten en trasladar un mensaje de “tolerancia cero” y “contundencia”, intentando cerrar una brecha que ha generado una profunda división interna y malestar, especialmente entre los sectores feministas del partido, que exigen depurar todas las responsabilidades.
Un cortafuegos ante el escándalo
El cese de Hernández busca actuar como un cortafuegos ante la creciente presión de la oposición y la opinión pública. El ‘caso Salazar’ ha golpeado la línea de flotación del Gobierno en un momento delicado, obligando a Sánchez a asumir en primera persona la gestión de la crisis.
Mientras el Ejecutivo intenta pasar página con estas destituciones, el debate interno continúa sobre los siguientes pasos judiciales. A pesar de que Sánchez ha descartado inicialmente que el partido lleve el caso a la Fiscalía por falta de pruebas concluyentes propias, diversas voces dentro del Gobierno y del PSOE abogan por poner toda la información en manos del Ministerio Público para despejar cualquier duda de connivencia.