Badajoz / Mérida – Extremadura ha dejado de ser una batalla periférica para convertirse en el termómetro que marcará la temperatura política de España. Con 890.967 ciudadanos llamados a las urnas el próximo 21 de diciembre, la comunidad autónoma afronta un adelanto electoral que trasciende sus fronteras: es el primer test real para medir el desgaste de Pedro Sánchez por los casos de corrupción, la capacidad de Alberto Núñez Feijóo para consolidar el cambio de ciclo y la renovada fuerza de Vox en el ámbito rural.

La audaz apuesta de Guardiola

La presidenta de la Junta y candidata del Partido Popular, María Guardiola, ha justificado este adelanto —inédito en la historia de la región— por el bloqueo institucional. Sin presupuestos aprobados y ante la perspectiva de una segunda prórroga de las cuentas públicas, Guardiola ha decidido disolver la cámara y jugárselo todo a una carta: la mayoría absoluta.

Las encuestas internas y externas sonríen a la baronesa popular. Los sondeos le otorgan una media del 41,4% de los votos, lo que la situaría muy cerca de los 33 escaños necesarios para gobernar en solitario. Su estrategia de campaña es clara: perfil de gestora, reivindicación de su pasado como funcionaria de la Junta y una llamada al votante socialista desencantado y moderado. Guardiola quiere una campaña “100% extremeña”, intentando que el ruido nacional no eclipse su gestión, aunque la presencia de su jefe de filas, Alberto Núñez Feijóo, será constante pero medida para no solapar su liderazgo.

El “fenómeno Abascal” y el voto joven

Si el PP busca el centro, Vox está barriendo los márgenes y el mundo rural. El partido de Santiago Abascal es el que más crece en las proyecciones, con opciones reales de duplicar sus actuales cinco diputados y alcanzar el 12,7% de los votos.

La formación ha desplegado una campaña intensa sobre el terreno. El propio Abascal lleva 15 días recorriendo pueblos y capitales, conectando con un electorado joven y agrario que se siente abandonado.

El mensaje de Vox es directo y cala en sectores específicos: seguridad, control de la inmigración ilegal y defensa del campo frente a la burocracia. “Abascal es claro”, repiten muchos jóvenes en sus mítines, atraídos por un discurso sin complejos que contrasta con la moderación que busca Guardiola. Para el agricultor y el ganadero, asfixiados por los costes y la falta de relevo generacional, Vox se presenta como la única voz que “habla del campo” de verdad.

El PSOE, a la defensiva y bajo la lupa judicial

En el otro lado del tablero, el PSOE extremeño lucha por movilizar a su suelo electoral en circunstancias adversas. Su candidato, Miguel Ángel Gallardo, parte con un 34,8% en las encuestas, lejos de las cifras que permitieron a los socialistas gobernar la región durante 36 años.

La campaña socialista tiene dos grandes hándicaps. El primero es la desmovilización de su electorado tras la pérdida del poder en 2023. El segundo, y más pesado, es la sombra de la corrupción. Gallardo afronta la campaña estando procesado en la causa que investiga al hermano del presidente del Gobierno, David Sánchez, cuyo puesto de trabajo en la Diputación de Badajoz está bajo sospecha.

Pese a ello, Gallardo se muestra combativo (“Quien nada hace, nada teme”) y fía su remontada a la movilización de los pensionistas —un colectivo de casi 250.000 votantes— y a la defensa de los servicios públicos, apoyándose en las visitas de Pedro Sánchez y sus ministros, quienes intentan confrontar directamente con la “amenaza de las derechas”.

Una economía que crece, pero no convence

Más allá de las siglas, la campaña se juega sobre una realidad económica de contrastes. Las cifras macroeconómicas avalan a la región: el PIB crecerá un 2,5% este año y el paro se sitúa en mínimos de los últimos 30 años. Sin embargo, la percepción en la calle es distinta.

  • Vivienda: El precio del alquiler se ha disparado, especialmente en Badajoz y Cáceres, consumiendo hasta el 60% del sueldo de los jóvenes que logran emanciparse.
  • Sanidad: Extremadura tiene uno de los gastos per cápita más altos de España (2.167 euros), pero las listas de espera quirúrgicas superan la media nacional (134 días).
  • Infraestructuras: Aunque el tren ha mejorado, la desconexión por autovía entre las dos capitales provinciales sigue siendo una herida abierta y un símbolo del déficit histórico en infraestructuras.
  • Sector Primario: La sequía y la falta de rentabilidad siguen castigando al motor económico de la región, alimentando el descontento que Vox capitaliza.

Clave nacional: lo que viene después

El resultado de la noche del 21 de diciembre tendrá réplicas inmediatas en Madrid. Si Guardiola logra la absoluta o suma cómodamente con Vox, Feijóo validará su estrategia de absorción de voto por el centro y consolidación territorial. Por el contrario, si el bloque de izquierda resiste mejor de lo esperado, Sánchez ganará oxígeno para afrontar un 2026 que se prevé convulso.

Pero quizás la lectura más importante será la de la gobernabilidad: si el PP depende de Vox, Abascal ya ha avisado que el precio del pacto será “muy alto”, lo que podría complicar la legislatura desde el primer día y marcar la pauta para las siguientes citas electorales en Castilla y León y Andalucía.