Lo que hasta hace poco era un temor latente en el Palacio de la Moncloa se ha convertido esta semana en una realidad palpable: la ruptura total entre José Luis Ábalos y el Ejecutivo. La estrategia de contención del Gobierno parece haber fracasado ante la decisión del exministro de Transportes de pasar a la ofensiva, una maniobra que coincide con momentos críticos en los tribunales y que ha disparado la tensión en el núcleo duro del PSOE.
El detonante: La amenaza de prisión
El cambio de actitud de Ábalos, quien ha lanzado duros ataques contra el presidente Pedro Sánchez y la vicepresidenta Yolanda Díaz, no es casual. Se produce en el contexto de la vistilla en el Tribunal Supremo, donde se valoran medidas cautelares tanto para él como para su exasesor, Koldo García.
Fuentes cercanas al entorno socialista admiten que la preocupación ha mutado en miedo. La percepción es que el exsecretario de Organización del PSOE se siente “desamparado” y víctima de un trato injusto, lo que le habría llevado a una posición de “todo o nada”: estaría dispuesto a cualquier cosa con tal de evitar su entrada en prisión.
Las tres hipótesis que maneja el Gobierno
En los pasillos de Moncloa y Ferraz se analizan frenéticamente las motivaciones detrás de este giro de guion. Se barajan tres teorías complementarias que explican la peligrosidad del momento político:
- La “Vía Aldama”: Al igual que el comisionista Víctor de Aldama logró la libertad tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía, se sospecha que Ábalos busca enviar un mensaje al juez instructor: es más valioso fuera de la cárcel. Sus ataques en redes y medios serían una advertencia de que su silencio depende de su libertad.
- El factor del despecho: Esta hipótesis apunta a lo personal. Ábalos no fue un ministro más; fue una pieza clave en la moción de censura, en el resurgir de Sánchez (el famoso recorrido en Peugeot) y en la formación del Gobierno de coalición. Conoce los entresijos de Moncloa y del partido como pocos.
- La crisis interna: Existe la sospecha de que la estrategia de defensa del partido, liderada por figuras como Santos Cerdán, podría estar haciendo aguas, generando un enfrentamiento a tres bandas que debilitaría el “cortafuegos” que el PSOE intenta mantener alrededor del presidente.
La advertencia del pasado: En el partido resuena ahora una frase que Ábalos solía utilizar en sus tiempos de Secretario de Organización para describir su tenacidad ante los conflictos: “A mí este me tira por el acantilado, pero mientras caigo le cojo de la pechera y me lo llevo”.
La UCO y la “Caja B”: Un nuevo frente judicial
Mientras la tensión política escala, la situación judicial se agrava por otra vía. El juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, ha emitido una resolución que pone el foco directamente en las finanzas del partido.
El magistrado ha exigido al PSOE que entregue, en un plazo de 10 días, los comprobantes de todos los pagos realizados en efectivo entre 2017 y 2024. Además, ha encargado a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que actúe como policía judicial para investigar una presunta financiación irregular.
El objetivo es cruzar los datos de los archivos del “caso Koldo” con la contabilidad de Ferraz para esclarecer si existió una “caja B” o movimientos de billetes no justificados, lo que añade una presión inmensa a un Ejecutivo que intenta resistir el embate de su antiguo hombre fuerte.