El Gobierno ha activado hoy oficialmente la maquinaria para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) del próximo año. En la reunión del Consejo de Ministros celebrada este martes, el Ejecutivo ha aprobado el límite de gasto no financiero —conocido popularmente como “techo de gasto”— y ha actualizado el cuadro macroeconómico, presentando una revisión al alza de las previsiones de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB).
Optimismo económico frente a la incertidumbre parlamentaria
El Ministerio de Economía ha presentado un escenario de “fortaleza económica”, elevando la previsión de crecimiento para el cierre de este año y para 2026. Según los datos presentados, el Ejecutivo confía en que la robustez del mercado laboral y la moderación de la inflación permitan una senda de consolidación fiscal más amable.
La nueva senda de déficit aprobada hoy es la piedra angular sobre la que se edificarán las cuentas públicas. El Gobierno defiende que estas cifras son compatibles con las exigencias de Bruselas y, al mismo tiempo, permiten mantener el escudo social y las inversiones estratégicas.
Un guiño a los socios: más margen para las Autonomías
La aritmética parlamentaria sigue siendo el principal obstáculo para el Ejecutivo, y el diseño de esta senda de estabilidad refleja esa realidad. Según se desprende del acuerdo, el Gobierno ha diseñado un reparto de los objetivos de déficit que otorga un mayor margen de maniobra fiscal a las Comunidades Autónomas y a los Ayuntamientos.
Este movimiento se interpreta como un claro gesto político hacia sus socios de investidura, especialmente Junts y ERC, quienes llevan meses reclamando que el Estado central asuma una mayor parte del ajuste fiscal y permita a las regiones disponer de más recursos. Al flexibilizar el objetivo de déficit autonómico, Hacienda busca “arrancar” el apoyo necesario de las fuerzas nacionalistas e independentistas, cuyo voto es imprescindible para que las cuentas salgan adelante.
Calendario apretado: el debate llega la próxima semana
No habrá que esperar mucho para medir la temperatura de los apoyos. El Gobierno tiene previsto llevar esta misma senda de estabilidad al Congreso de los Diputados la próxima semana. Será el primer “match ball” de la legislatura en materia económica. Si el Congreso tumba la senda de déficit, como ya ocurrió en el pasado, toda la tramitación presupuestaria podría encallar antes de empezar.
Contexto político: los Presupuestos como cortafuegos
La presentación de estas cifras llega en un momento de alta tensión política. La oposición ha criticado duramente el momento elegido para este anuncio, acusando al Gobierno de utilizar la economía y los Presupuestos como una cortina de humo para desviar la atención de la actualidad judicial que rodea al entorno del Ejecutivo, específicamente en relación con las informaciones surgidas sobre el “caso Leire Díez”.
Para el Gobierno, sin embargo, la aprobación de las cuentas es la herramienta fundamental para garantizar la estabilidad de la legislatura y demostrar capacidad de gestión frente al “ruido” mediático y judicial. La batalla por los Presupuestos de 2026 ha comenzado hoy, y el resultado de la votación de la próxima semana determinará si la legislatura tiene combustible para continuar o si se enfrenta a un bloqueo institucional.