Cientos de manifestantes se concentran para pedir responsabilidades al Ejecutivo central, en línea con las críticas vertidas por líderes autonómicos como Carlos Mazón.
MADRID/VALENCIA.— La tragedia humana y material provocada por la reciente DANA en el levante español ha trascendido el ámbito de la emergencia para convertirse en una profunda crisis política. Cientos de ciudadanos, convocados en diversas concentraciones [si la noticia original especifica el lugar, añadirlo, por ejemplo: “frente a la sede del PSOE en Ferraz” o “en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia”], han salido a la calle para exigir la dimisión del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Según informa el medio edatv.news, el clamor popular denuncia lo que consideran una “gestión nefasta” y un “abandono” por parte del Gobierno central durante las horas críticas de la catástrofe.
El eco de la crítica política
Las protestas ciudadanas recogen el testigo de la ofensiva política iniciada por la oposición. Los manifestantes, muchos de ellos visiblemente afectados e indignados, corearon consignas contra el presidente, al que acusan de “inacción” y “lentitud” en la respuesta a las inundaciones.
El paralelismo con las declaraciones del presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón (PP), fue una de las claves de la jornada, tal y como destaca el artículo original. Los asistentes a la concentración hacen suyas las críticas que Mazón ha dirigido a Sánchez, reprochando al líder del Ejecutivo su “ausencia” en los momentos iniciales y la falta de coordinación de los medios estatales, como la Unidad Militar de Emergencias (UME).

Exigencia de responsabilidades
El reportaje de edatv.news subraya que el sentimiento generalizado entre los manifestantes es de “hartazgo”. No solo se critica la respuesta durante la emergencia, sino también la gestión de la comunicación posterior y la percepción de que el Gobierno central no ha estado a la altura de la magnitud del desastre.
Las peticiones de dimisión, que comenzaron en el ámbito político por parte de líderes de la oposición, han saltado ahora a la esfera pública. Los ciudadanos movilizados exigen responsabilidades directas al presidente Sánchez, considerando que la falta de previsión y la supuesta desatención a las alertas tempranas contribuyeron a agravar las consecuencias de la riada.
Una crisis abierta
Mientras los equipos de emergencia continúan trabajando en las “zonas cero” y se evalúa el alcance total de los daños, la fractura política se agrava. Estas movilizaciones suponen un nuevo frente para el Gobierno de Sánchez, que ahora debe gestionar no solo la ingente tarea de reconstrucción material y anímica de las zonas afectadas, sino también una creciente presión social que pide responsabilidades al más alto nivel.
