Un año después de la devastadora DANA que golpeó la Comunidad Valenciana en octubre de 2024, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha reconocido oficialmente que no dispone de los recursos humanos suficientes para garantizar el mantenimiento adecuado de infraestructuras hidráulicas clave. Esta carencia, según admite el propio organismo, compromete la prevención efectiva ante futuras avenidas de agua.
La falta de personal compromete infraestructuras clave
La CHJ, entidad dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, ha detallado en documentación oficial que carece del personal “imprescindible” para acometer las tareas de conservación, tanto ordinarias como extraordinarias, en puntos críticos.
Los focos de mayor preocupación son el canal del río Magro y la presa de Forata. El organismo subraya que la correcta explotación de estas infraestructuras depende de un mantenimiento constante de sus complejos sistemas (túneles, sifones, compuertas, válvulas y sistemas eléctricos).
Según advierte la propia Confederación, sin un cuidado adecuado, el riesgo de fallos estructurales, desbordamientos y, en consecuencia, nuevas inundaciones “aumenta de forma notable”.

Medidas externas y obras pendientes
Para intentar afrontar esta carencia de medios internos, la CHJ ha licitado un contrato de asistencia técnica externa. Esta medida busca reforzar la coordinación de seguridad y salud en las labores de mantenimiento, pero pone de manifiesto la insuficiencia de los recursos propios del organismo para proteger las zonas que ya fueron gravemente afectadas por la DANA.
Este reconocimiento coincide con el aniversario de la tragedia, que según los datos oficiales dejó 229 víctimas mortales en la provincia de Valencia (237 en total). La noticia original de edatv.news destaca que esta situación se produce mientras, según informan, “más de una decena de obras pendientes en Valencia y Castellón” prometidas por el Gobierno de Sánchez tras la catástrofe aún no se han completado.
El temor persiste en los municipios
La admisión de la CHJ actúa como un recordatorio de que la protección frente a futuras riadas aún no está garantizada, justo cuando regresa la temporada de lluvias torrenciales en el Mediterráneo.
En municipios especialmente afectados, como Paiporta, persiste la preocupación ciudadana. Allí, actuaciones consideradas vitales, como las obras para conectar la zona con el nuevo cauce del Turia, siguen pendientes. Este retraso alimenta el temor entre los vecinos ante la posibilidad de que otra riada pueda sorprenderles.
